En la segunda mitad de los años ochenta Steve Naghavi saboreaba el sonido que brotaban de los sintetizadores de la EBM y de aquel synthpop mágico y dominante de la época. Bandas como Depeche Mode, Front 242 y Nitzer Ebb habían delineado el camino que más adelante forjarían a la banda.
Naghavi de origen Iraní junto a Chris Ruiz de descendencia hispana se conocieron en un club de Berlín en el año 1989. Contagiados por las ondas electrónicas de la época deciden darle vida a And One. Se valieron de un sintetizador y una vieja caja de ritmos para crear y experimentar; aquellos primeros pasos no fueron nada fáciles pero significaron el preludio de una exitosa carrera.
La banda ha transitado por el synthpop y el EBM más elemental, imprimiendo en cada uno de sus álbumes su sello característico. Desde ‘Anguish’, su primer álbum publicado en 1991, se percibe el arraigo hacia las raíces culturales de Naghavi que amalgaman de forma admirable con la electrónica industrial.
And One se mantuvo en la cresta de la popularidad dentro de las bandas de electro pop alternativa, y su indiscutible calidad tanto fuera como dentro del escenario los elevó al nivel de estrellas del pop europeo, mitificándolos en los confines de la escena electro industrial gracias a su influencia viva dentro del género.
su performance en los escenarios ha sido uno de los aspectos más apreciados pues se agradece la simbiosis entre artista y público, algo de la que puedo dar fe, y que tuve la oportunidad de experimentar.
En el 2006 lanzan quizás uno de sus mejores discos ‘Bodypop’, noveno álbum de estudio producido íntegramente por Steve Naghavi. El disco se luce al lado de sus anteriores trabajos ya sea por la pulcritud de sus sonido como en el predominio del synthpop, además resulta muy notorio las marcadas diferencias con su disco antecesor ‘Aggressor’. Un aspecto importante es la producción de los temas en dos idiomas (inglés y alemán).
Sonidos muy suaves y sintetizados, vibrante y por momentos denso y oscuro en temas como ‘The Dream’, ‘Dein Ende’ y ‘The Sound of Believer’. Existe un balance placentero en el paisaje sonoro del disco. La influencia de Depeche Mode se deja escuchar sobremanera en ‘Enjoy the Unknown, pero manteniendo siempre el horizonte y la firma de la banda.
Cada uno de los doce cortes destaca sobre el resto, sorprende su homogeneidad, los arreglos instrumentales y la calidad vocal de Naghavi en temas como ‘Traumfrau’. De este disco se desprende uno de sus mayores éxitos, el ahora clásico ‘Military Fashion Show’ una muestra de su ascendencia synthpop, y con el sello inconfundible que los ha marcado en la escena. ‘So Klingt Liebe’ es pura sofisticación, energía y un coro tan melodioso y penetrante que podría derretir témpanos de hielo. Las sensaciones que dejó en los fanáticos la salida de este disco fue luminosa, puesto que muchos no esperaban esta especie de reinvención del synthpop, dejando atónitos a quienes pensaron que ya lo habían escuchado todo. Sin duda Bodypop aumenta los sentidos y te conduce a un estado de ánimo festivo.
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