Sextile es una banda que ha sabido navegar entre géneros y texturas musicales con una destreza admirable, logrando fusionar la energía cruda y directa del post-punk con la atmósfera etérea y experimental del darkwave, la accesibilidad melódica del synthpop, y la potencia industrial y el ritmo del EBM. Formados en Los Ángeles en 2015, esta agrupación ha sido una de las propuestas más innovadoras de la escena post-punk contemporánea, con una carrera que demuestra cómo la música puede ser tanto un refugio de expresión oscura como un medio de exploración rítmica y bailable.
Primeros Pasos y el Rigor Industrial
Desde su primer álbum A Thousand Hands (2015), Sextile mostró una faceta decididamente post-punk, marcada por guitarras distorsionadas, ritmos secos y una sensación de desasosiego generalizada. El uso de sintetizadores industriales y elementos de música experimental fue clave en la creación de una atmósfera abrasiva y visceral, un sello distintivo de la banda. Canciones como Flesh o Mind’s Eye evidencian su apego al sonido oscuro y crudo del post-punk, que, sin embargo, ya daba pequeños destellos de su capacidad para fusionar géneros y avanzar hacia algo más atmosférico y envolvente, anticipando su futura exploración del industrial y el EBM.
Es claro que el post-punk fue la semilla inicial de Sextile, pero el paso hacia el darkwave, synthpop y el industrial no fue una ruptura abrupta, sino una evolución natural alimentada por la experimentación constante. En sus primeros trabajos, ya se podía notar un uso inquietante de los sintetizadores y el ritmo de batería que poco a poco se iría ampliando con influencias de la música electrónica más pesada, como el EBM y el industrial, creando un sonido único dentro de estos géneros.
La Transición hacia la oscuridad de la electrónica
Con el paso de los años, y especialmente con el EP 3 (2018) y su álbum Albeit Living (2017), la banda comenzó a abrazar más abiertamente el darkwave, el synthpop y el industrial. Este giro hacia lo electrónico les permitió explorar una gama más amplia de texturas y emociones, alejándose un poco de la agresividad directa del post-punk y hacia un sonido más introspectivo, con la capacidad de capturar la melancolía y la alienación, pero también la energía bailable.
El EP 3 es un claro ejemplo de cómo Sextile logró intercalar estas facetas de forma sublime. Piezas como Disco muestran cómo la banda puede ser abrasiva en su base rítmica, pero abrazar la suavidad de los sintetizadores y las atmósferas flotantes características del darkwave, mientras incorpora el ritmo mecanizado y el carácter industrial que caracteriza al EBM. Disco, en particular, es una de las canciones que mejor ejemplifica esta conversión. Aunque la canción mantiene una base post-punk en su estructura rítmica y vocal, se acompaña de sintetizadores que añaden una capa de brillo y resonancia, con un tono más electrónico, creando un contraste intrigante entre la crudeza de su esencia punk y la suavidad de su sonido synthpop, mientras que el uso de un beat más contundente y repetitivo se adentra en territorios industriales y de EBM.
La Conexión de las Facetas: La Dualidad en su Sonido
La verdadera magia de Sextile radica en cómo han logrado integrar estas facetas opuestas. La crudeza y la tensión del post-punk nunca desaparecen por completo, sino que se fusionan con los paisajes sonoros más suaves y atmosféricos del darkwave y synthpop, al mismo tiempo que se adentran en las texturas ásperas y los pulsos mecánicos del industrial y el EBM. Este entrelazamiento de energías aparentemente contradictorias crea una experiencia musical compleja y envolvente.
Canciones como Overcome y Albeit Living combinan la inmediatez y la rudeza del post-punk con la amplitud sonora y la introspección que caracteriza al darkwave, mientras que la incorporación de elementos industriales y de EBM da una base rítmica más pesada y contundente, que enriquece su sonido y lo lleva a nuevos territorios. El resultado es una sonoridad dinámica que mantiene la energía de sus raíces post-punk, pero la enriquece con texturas electrónicas más complejas.
La clave de su evolución radica en la capacidad de Sextile para jugar con la tensión. Los ritmos industriales y las guitarras punzantes se mezclan con sintetizadores flotantes y secuencias melódicas que se sienten tanto melancólicas como festivas. Esta tensión entre lo oscuro y lo luminoso, entre lo agresivo y lo suave, le da a su música una cualidad dinámica que mantiene la energía de sus raíces post-punk, pero la enriquece con texturas que apelan a una audiencia más amplia, sin perder su carácter experimental.
Imágenes: Sextile