Nitzer Ebb – Live in Münster, Odeon (1989)

A finales de los años 80, la música electrónica vivía una mutación salvaje. El synthpop más pulido daba paso a una generación de proyectos más crudos, industriales y físicos. Entre ellos, Nitzer Ebb se erigía como uno de los grandes agitadores de la escena EBM (Electronic Body Music), y su presentación en el Odeon de Münster, en 1989, quedó como testimonio vivo de esa violencia sonora e hipnótica que los definía.

Este concierto formaba parte de la gira promocional de su segundo disco, Belief, lanzado ese mismo año. Allí, el dúo inglés conformado por Douglas McCarthy y Bon Harris estaba en plena forma. La energía que desplegaban en directo era tan mecánica como visceral: beats implacables, bajos secos y una actitud casi militar. No necesitaban escenografía ni coros angelicales. Solo bastaban los loops repetitivos, los sintetizadores analógicos y la voz áspera de McCarthy lanzando órdenes como si se tratara de un cuartel de guerra electrónico.

El recinto —el Odeon, una sala de mediano tamaño en Münster— vibró con cada golpe de percusión programada. Temas como “Hearts and Minds”, “Control I’m Here” o “Shame” resonaron con fuerza, provocando una catarsis colectiva entre el público. Nitzer Ebb no buscaba seducir ni emocionar, sino encender algo más profundo: el impulso del cuerpo, el poder del ritmo, la rabia contenida.

Este show es recordado entre los fanáticos del género no solo por su intensidad, sino porque captura a la banda en su momento más puro, sin concesiones. En la era pre-internet, no existía una transmisión oficial ni ediciones en DVD; sin embargo, las grabaciones de aficionados —difundidas décadas después— se han convertido en reliquias codiciadas. No es raro encontrar fans que consideran esta gira como la cúspide del EBM en vivo, un modelo que pocas bandas han podido igualar.

Aunque el concierto de Münster no cuenta con un lanzamiento oficial, su existencia ha trascendido gracias a la memoria colectiva, y sigue siendo uno de los momentos más reverenciados por quienes vivieron, o descubrieron después, el poder hipnótico de Nitzer Ebb sobre el escenario.