Con Interference, The Saint Paul demuestra que el synthpop aún puede ser un territorio de innovación y profundidad emocional. Este nuevo álbum del dúo alemán, ahora bajo el sello Scanner, no solo refuerza su identidad musical única, sino que también establece nuevos estándares en la intersección del electro-pop, el EBM y el future pop.
Desde su debut en 2013, The Saint Paul ha sido un nombre clave en el circuito del synthpop europeo. Su transición a Infacted Recordings produjo álbumes destacados como Days Without Rain (2015), Three (2017) y Core (2021), cada uno mostrando una evolución constante. Sin embargo, Interference no solo es un paso más; es una declaración de intenciones que empuja los límites del género mientras mantiene la esencia inconfundible del proyecto.
El álbum arranca con fuerza gracias a «DNA», un sencillo que encapsula el espíritu de Interference: sintetizadores envolventes, melodías vibrantes y una producción precisa que evoca tanto nostalgia como modernidad. Le sigue «End of Days», una pieza que combina la sensibilidad melódica del electro-pop con una intensidad rítmica digna del mejor EBM, logrando un equilibrio perfecto entre lo accesible y lo experimental.
Canciones como «A Million To One» y «Apologize» destacan por su enfoque rítmico y sus texturas densas. La primera eleva el synthpop a alturas más dinámicas, mientras que la segunda, con su ritmo seco y contundente, rinde homenaje a las raíces más industriales del dúo. Para los puristas, «Twenty One Gramm» y «Maze» ofrecen ese sonido clásico que los seguidores del synthpop esperan, aunque con la sofisticación lírica y vocal que Paul Kush aporta a cada interpretación.
El momento más emocional llega con «Crown of Imperfection», una balada melancólica que logra evitar los clichés del género gracias a su uso inteligente de sintetizadores amenazantes y una narrativa que resuena. Mientras tanto, «Resistance» y «Phoenix of the Flames» exploran territorios más oscuros, incorporando elementos del industrial estadounidense y experimentos sonoros que amplían la paleta de la banda.
El cierre del álbum, «Shed», es un giro inesperado. Esta pieza semiacústica protagonizada por el piano se aleja del resto del disco, pero ofrece un respiro introspectivo que deja al oyente reflexionando sobre la experiencia. Es un cierre arriesgado, pero que refuerza la capacidad del dúo para sorprender.
En un género donde el riesgo de caer en lo predecible es alto, Interference brilla por su capacidad para mantenerse fresco y relevante. The Saint Paul no solo entrega canciones electro-pop de calidad comercial, sino que lo hace evitando los escollos de la repetición y la superficialidad.
Para los amantes del electro-pop con una inclinación hacia lo oscuro y lo experimental, Interference es una recomendación obligatoria. Con este disco, The Saint Paul no solo reafirma su lugar en la escena, sino que demuestra que el synthpop sigue siendo un espacio fértil para la innovación y la expresión artística.
Imágenes: https://www.thesaintpaul.de/