En Paradisco, su tercer álbum de estudio, Male Tears da un giro inesperado hacia los territorios del italo disco y el pop electrónico, mostrando una evolución sonora que sorprende, pero no desconcierta. Este nuevo trabajo consolida al proyecto liderado por James Edward como uno de los más interesantes en la escena indie contemporánea, reafirmando su capacidad para reinventarse sin perder la esencia melancólica y visceral que caracteriza su propuesta.
Si bien Male Tears emergió con un sonido synthpop oscuro en su debut homónimo de 2021, pronto abrazó un estilo más experimental en Krypt (2023), un álbum que equilibraba el darkwave con matices modernos de synth y electropop. Con Paradisco (2024), Edward lleva la paleta sonora hacia un lugar inesperadamente brillante, sin renunciar a la profundidad emocional que es sello distintivo del proyecto.
El álbum abre con «Talk to Me», un tema que encapsula la esencia de Paradisco: nostalgia ochentera, arreglos impecables y una producción vibrante que invita tanto a bailar como a reflexionar. Canciones como «Sex on Drugs» y «This Party Ends in Tears» refuerzan esta dualidad, combinando letras mordaces con instrumentales que rinden homenaje a íconos del italo disco como Miko Mission, pero con un enfoque lírico profundamente contemporáneo.
Uno de los puntos altos del álbum es «Leave It Alone», una colaboración con Corlyx. Aquí, las voces de ambos artistas se entrelazan para entregar una interpretación cargada de dramatismo, destacando la riqueza emotiva de los temas de Edward. Por otro lado, «Regret 4 Nothing» y «Out of My Life» abordan las cicatrices de rupturas y desencuentros desde una perspectiva directa y descarnada, enmarcadas por ritmos de alta energía que recuerdan al hi-NRG de los años ochenta.
Aunque Paradisco representa un viraje hacia un territorio más accesible y bailable, no pierde el carisma abatido que hizo de Male Tears una propuesta intrigante desde sus inicios. Las influencias de Pet Shop Boys, Lisa Lisa & Cult Jam, y The Smiths se manifiestan de manera evidente, pero siempre bajo una óptica moderna que evita caer en el mero pastiche.
En un panorama donde muchos artistas prefieren jugar a lo seguro, Male Tears demuestra que el cambio no solo es posible, sino necesario para mantener viva la chispa creativa. Paradisco es un álbum que celebra el pop en todas sus facetas: melódico, nostálgico, intenso y, sobre todo, profundamente humano.
En definitiva, Paradisco es más que un disco de transición; es una declaración de intenciones. Ya sea que esta dirección sea un desvío temporal o el comienzo de una nueva etapa, Male Tears nos recuerda que el pop, en todas sus formas, sigue siendo un vehículo poderoso para explorar las emociones más complejas de la vida.
Imágenes: Male Tears